Si has de hacer algo ¡hazlo! no has de temer ya que el miedo conlleva a la decepción. Si has de amar hazlo con todas tus fuerzas. Si has de odiar hazlo de la misma manera . Haz lo que quieras vete...vuelve, camina, vuela. Has de seguir tus impulsos no has de contradecirlos. Solo busca la tierna paloma, lo que algunos llaman felicidad. Has de dejar a ese perro callejero donde es su lugar, en la calle, solo, sin compañía sin demorar pero así es como está escrito. El perro ha de morir en la calle, la paloma en el aire, según el destino. Pero ¿qué ha pasado? ¿El destino se ha equivocado? Yo no lo creo a mi pensar el perro lo ha roto al conocer a la paloma. Él sabe que sus alas están manchadas, ya no puede ser feliz pero no le importa con tal de ver la sonrisa de esa tierna paloma siente que puede volar con sus alas manchadas. El perro sabe que tan solo es una tontería. Él es muy listo pero aquella paloma es muy tonta. Él no sabe qué hacer y la verdad no le importa. Ha dejado su racionamiento efectivo por una tonta paloma. Algo debe estar mal con el perro pero, ¿qué ha de ser?. Su cabeza, su cuerpo, su mente... ninguna de estas. Al perro le ha pasado algo que nunca pensó. Se ha vuelto loco, loco por un amor loco, por una ilusión. Loco por saber su historia, pero importarle a este perro enloquecido, ¿qué tiene de malo para el mundo? Nada para él si ha dejado de ser el frio, solitario, humilde servidor. Esto no le gusta pero ¿qué se le puede hacer? Sólo tratar de llevar el peso de amarla pero saber que no puede hacerla feliz. He ahí el destino. Pero este ya se ha roto. Habrá que ver en qué termina la historia falsa, temprana y muy idiota de este perro callejero y de esta tonta pero hermosa paloma.

 

Juanito Alcachofa